
ROMA SUBTERRANEA
LEO VICENT

ROMA
DESTINO FINAL DEL GRAND TOUR
Acompáñame en un viaje a través de las tinieblas para salir a la luz del día... Y vamos a hacerlo juntos...La luz sucede a las tinieblas. " Post tenebras Lux " Esto se repite en el corazón de nuestra especie y en el orden estacional. Tras el solsticio de invierno la oscuridad retrocede. Vuelve el calor que da la vida. Esta luz se encarna y toma muchos nombres: Es Gilgamesh y Attis. Es Orfeo y Balder, Heracles y Osiris, Mitra. Es el Cristo íntimo que mora en la sangre. Tras la inmersión en las tinieblas siempre se produce un retorno a la luz que entonces es vivida como primera causa.
Una costumbre instaurada a fines del siglo XVII, el Grand Tour, fue un viaje de iniciación que realizaban jóvenes aristócratas europeos, principalmente ingleses, para completar su formación política, cultural y en idiomas. Una de las metas más importantes del viaje era Roma, ciudad que, según Giorgio Vasari en su libro de biografías de artistas Vite(Vidas, 1550), ya en el siglo XVI era un destino insoslayable para conocedores de arte y artistas de toda Europa.
La distinción entre viajero y turista no solo es literaria sino factual. Viajero es aquél, que a su partida, deja las cosas tal y como se las encontró en un principio.
Alexandra David Nell, la primera europea que penetró en el territorio prohibido del Tibet en 1890, o Charles Doughty y lady Stanhope, que recorrieron Arabia y Mesopotamia, eran viajeros y casi exploradores como el capitán Burton o Livingstone, pero no se les puede llamar turistas en modo alguno.
El viaje es lo que realizaban los excéntricos ingleses en el Grand Tour, un recorrido que llevaba meses y que llevaba a conocer las grandes capitales europeas, los rincones de poder y las soleadas costas. Pensemos en William Beckford, que se llevó en el corazón un palacio de las mil y una noches a su Fonthill, en Byron, que ya calzaba las botas del romántico Childe Harold, en George Borrow, que tenía alma de bandolero. Era un viaje relajado y espacioso que podía durar meses y que se llevaba a cabo llevando a cuestas la cama, el orinal y la vajilla. El duque d, Arcour asegura, a todo aquél que quiera oírle, que su bisabuelo viajaba con todos los muebles e, incluso, con la vaca que le proporcionaba leche todas las mañanas.
Eran otros tiempos en los que se podía viajar porque no viajaba casi nadie. Goethe y Stendhal se iban a Italia, y los aristócratas recorrían los países del continente como Stanley exploraba áfrica, cambiando baratijas con los nativos.
Hablamos del Viaje. Hablamos del amor al viaje. La Verdad está en el camino. Eso creo. Hasta hace unos pocos miles de años estábamos preparados para andar más de veinte kilómetros diarios. Nuestros problemas empiezan cuando nos paramos. Hasta los romanos lo sabían…Por eso decían " Solvitur Ambulando". Se soluciona andando. Creo en la alternativa nómada.
En el principio era el viaje. Durante el Paleolítico, las tribus que querían sobrevivir se desplazaban continuamente en busca del mejor terruño o de las mejores piezas de caza. Las primeras urbes o asentamientos estables fueron las necrópolis, los cementerios, a las que se volvía para presentar ofrendas y recordar a los que ahora cazaban y vagaban en el otro lado. Bajo tierra, la cueva donde se incubaba el sueño y la tumba fueron los primeros asentamientos. El valle de los reyes en Luxor es el paradigma de todos los asentamientos, el prototipo de todas las ciudades y por eso huimos de ellas como de la muerte. Puede que partir sea morir un poco. Pero quedarse es mucho peor. Llevamos junto con la sombra el nomadismo en los genes y oímos sin cesar la llamada del camino.
Somos animal de costumbres y hace, tan solo, la pizca de ocho mil años que somos sedentarios, por eso la mística de viaje es una canción en la sangre, un beso alado en las sienes, un cosquilleo aéreo en las sandalias, una pulsión irresistible.
El capitán Sir Richard Francis Burton, eminente viajero ya citado, nos dice que no puede faltar en nuestro equipaje. Estamos en las páginas de sus peregrinaciones a Medina y la Meca. A saber:
Un miswack, un mondadientes (una ramita para la higiene de la boca), un poco de jabón y un peine, de madera porque el hueso y el carey no son, religiosamente hablando, correctos. Una muda de ropa, un odre de piel de cabra, una alfombra persa basta: que además de lecho sirva como silla, mesa y oratorio, una almohada, una sábana, un paraguas amarillo chillón (que sugiera una caléndula desproporcionada), un ama de casa (agujas, hilo y botones en un saquito ),una daga, un tintero de estaño y un portaplumas, un rosario fuerte, que en alguna ocasión pueda convertirse en un arma defensiva…
El capitán Burton no viajaba con una vaca definitivamente.
No te olvides de un móvil, una Tablet o un pequeño ordenador, si eres un nómada digital, para tu Grand Tour.
En la Aldea Global todos somos nómadas, viajamos sin cesar, por lo que los destinos se van pareciendo cada vez más entre sí. Es el "efecto Hilton", y la manera de paliarlo es instalarse sine die en el lugar que nos ha llamado, conversar con los locales y sorber lentamente, tal que si fuera el cuerno de un unicornio, como un viejo conquistador al que le crecen margaritas en el yelmo, el espíritu del lugar.
"Hace falta Roma para olvidarlo todo, para despreciarlo todo y morir". Así termina Chateaubriand la carta que en 1829 le escribe a Juliette Recamier tras su conmoción al asistir a un Oficio de Tinieblas en la Ciudad Eterna. La invitación al viaje, nacida con el rocío de cada mes de Mayo, nos invita al viaje hacia el orden y la belleza. Pero también hay una ruta Órfica, una katábasis, y como el conde Magnus sentimos el deseo de viajar a Chorazin en pos del Grial negro, que también lo hay. Este es uno de esos viajes. Un viaje a lo oscuro, a la matriz nutricia, al inframundo. Dimos abundantes libaciones a las sombras, y aunque no las vimos, las escuchamos largamente. Tal la génesis de Roma Subterránea, también llamada De ars Venandi cum Avibus y Guia Romana para los más atrevidos…Porque esto también es el Grand Tour. En el imprevisto invierno de Capua, todo el prodigioso viaje de Anibal, pintado por Goya, sus elefantes y sus hombres, su genial campaña de espadas, pierde su sentido y se diluye. Porque lo importante es precisamente el camino y no la posada.
UN VIAJE AL OTRO LADO




ÍNDICE
ROMA DESTINO FINAL…………………………………............. 7
LOS ADEPTOS DE MITRA Y LA INICIACIÓN MITRAÍCA…… 17
LAS CAVERNAS DE MITRA………………………………………. 25
LOS LUGARES SECRETOS……………………………………… 29
LAS CATACUMBAS CRISTIANAS………………………………. .33
LA BASÍLICA DE LOS MÁRTIRES NEREO Y AQUILES……… .39
MITRA EN EL IMPERIO……………………………………………. 45
LA RÚBRICA DE LAS COSAS……………………………………. . 49
JANO Y LAS PUERTAS…………………………………………… 53
FELLINI Y LA MATRONA DE ÉFESO……………………………. 59
FIESTA……………………………………………………………….. 67
MITREO DEL CIRCO MÁXIMO………………………………….. 115
MITREO BARBERINI……………………………………………… 117
MITRO DE SANTA PRISCA……………………………………… 121
MITREO Y TERMAS DE CARACALLA………………………… .123
MITREO DE SAN CLEMENTE…………………………………… 127
LA PERVIVENCIA DE
LAS ESCUELAS DE CONSTRUCTORES………………………. 131
UN POCO DE SAL…………………………………………………. 139
MUERTE Y RESURRECCIÓN…………………………………… 141
LAS TUMBAS A LO LARGO DE VÍA LATINA………………….. 147
MONTE DEL GRANO……………………………………………… 153
EL MAUSOLEO DE RÓMULO……………………………………. 155
EL MAUSOLEO DE LUCIUS PETO……………………………… 157
EL MAUSOLEO DE SAN SEBASTIÁN…………………………. .161
LOS LIBROS SIBILINOS Y OBLIGADO
INTERLUDIO NAPOLITANO……………………………………… 163
LA PIRÁMIDE Y EL CEMENTERIO INGLÉS…………………… 169
EL COLUMBARIO DE POMPONIO HYLAS……………………… 179
NINFEO DE EGERIA……………………………………………. 185
NINFEO DE ANNIBALDI…………………………………………. .193
EL AUDITORIO DE MECENAS…………………………………. 195
LAGO DI TORRE ARGENTARIA………………………………. .199
EL FORO BOARIO, EL FORO OLITORIO
Y EL MAUSOLEO DE LOS ESCIPIONES……………………… 205
SANTUARIO SIRIO EN GIANNICOLO………………………… .207
SANTA CECILIA EN EL TRASTEVERE……………………… ..211
SAN MARTINO AI MONTI……………………………………… ..215
UN BAÑO DE BERMELLÓN OCRES Y AZULES……………. .219
LA DOMUS AUREA…………………………………………………. .223
DESPEDIDA Y VUELTA A LA SUPERFICIE…………………….. .231